En la mitología griega existe la historia de Casandra, una
princesa de la mítica ciudad de Troya a la que Apolo bendijo con el don de la profecía
y la maldijo con que estas no serian atendidas por aquellos que las escuchasen
por renegar de su amor.
En muchas ocasiones me he sentido como ella sintiendo que
los consejos que el cosmos me esta dando para el consultante son completamente
ignorados, viendo como las personas se mantienen en los comportamientos
negativos que les están manteniendo infelices. Tus predicciones positivas hacia
ese consultante no se cumplen porque esa persona no cambia su actitud y su
estatismo le mantiene en su ciclo de infelicidad.
También nos encontramos con gente que no esta preparado para
lo que vas a decirle, ellos tienen ya una concepción del mundo en su mente y no
admiten que tu le hables de algo contrario a lo que ellos piensan. Este tipo de
problema suele ser común cuando te consultan sobre su camino espiritual o sobre
relaciones sentimentales. En estos casos yo suelo terminar por callarme la
información que estoy recibiendo porque no merece la pena darse cabezazos
contra una pared, a fin de cuentas al final el universo les terminara por
darles la colleja que necesitan para ver las cosas, aunque bueno también hay
gente que por muchas collejas cósmicas que le den se mantienen en su obcecación
sin ver mas allá de ello.
Por ultimo te encuentras con el que viene a probarte, el que
busca engañarte y confundirte para que dudes de ti mismo y de tus dones. Recuerdo
una de las primeras veces en las que leí el tarot profesionalmente, tendría
unos dieciséis o diecisiete años cuando dos señoras concertaron una cita
conmigo, y una de ellas me pregunto sobre su estado amoroso.
En las cartas me aparecía
que estaba en una relación compleja, pero que estaba ahí presente. En si
la mujer se puso en un modo no muy agradable conmigo porque decía que no estaba
acertando ya que ella se había separado recientemente, recuerdo que incluso
llevaba aun la alianza de casada. ¿Qué fue lo que ocurrió? Esa persona
emocionalmente no había roto con esa otra persona emocionalmente, seguía
dependiendo de esa relación y el vínculo por su parte no se había roto a nivel psicológico
y por lo tanto tampoco lo había hecho a nivel energético, por lo tanto no aparecía
en las cartas.
Este tipo de experiencias me enseñaron a ser mas cauta con
mis lecturas, y también a mantenerme firme en cuanto a lo que percibo, a no
dudar de mi misma y apreciar mi voz interior, esa que me va desvelando siempre
cosas nuevas sobre lo que quieren decir las cartas.
Hace poco tuve un nuevo descubrimiento respecto a los
significados de las cartas. Un grupo de naipes que normalmente juntas en una
tirada suelen indicarme la presencia de un trabajo de magia negra empezaron a
trasmitirme otro tipo de información distinta, me hablaban de relaciones
destructivas entre dos personas con cierta dependencia sexual entre ambos y con
una parte controlando a la otra a partir de esta dependencia. Funcionaba como
un amarre amoroso pero no había intervenido ritual alguno en ello, si no la
forma destructiva en la que a veces las personas tenemos de relacionarlos y
como sin darnos cuenta nuestra energía puede afectar a otros o viceversa.
También me ha sorprendido como los pensamientos afectan a
los mensajes de las cartas, recientemente he tenido dos experiencias en
distintas lecturas de dos personas que preguntaron sobre su trabajo actual pero
de lo que me hablaron fuero de proyectos futuros, que era lo que los
consultantes tenían en mente.
El arte de la adivinación no es algo estático, no es algo
que con un simple curso puedas aprender a la perfección. Debes practicar y ver
la forma en la que ellas conectan contigo, uno debe estar atento a sus señales
y aprender de ellas. Ya que es un arte diferente para cada uno de sus
practicantes.
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